terça-feira, 19 de junho de 2012

Brincando com as letras: En Otros Tiempos


                                                                                                 Foto por Betina Humeres
Cuando mi papa y mama salían a estudiar,
mi abuela paterna se hacía cargo de mí.
Era yo apenas una guagua rosada,
de ojos verdes, sin cabellos o dientes.
Con alguna personalidad fuerte,
por supuesto, pues tenía que sobrevivir
a la inexperiencia y el amor de mis
tíos que me creían una muñeca.


Algunos me sentaban en cajás de zapato
y me paseaban por el suelo en uno seudo auto;
Otros me hacían fantasías para ilusionarme
en todas las historias posibles de hadas o magia;
Hacían, en mi, cariño para que yo hiciera tuto antes
de saliren con sus amigos y pololas a la noche.
Me hablaban en castellano y me cantaban músicas de Chile.
Todos en la casa mi llamaban Angeluca...


Mi abuelita me ponía sentada en la bancada y me
regalaba una parte de la masa de pan para hacer fiesta.
Al tiempo de niña que ya tenía el poder de la memoria,
me despertaba en su cama solita, ha mucho trabajaba mi Vivi.
Decía de la cama, exploraba mi mundo particular a procúrala...
De lejos, la vía en la cocina haciendo mis galletas predilectas.
Me acercaba y me ocultaba. Ella decía: “¿Donde está mi regalona?”
Y yo no podría contener la risa. Ella me piaba y me hacia feliz!

Después con los años, ella –mi Vivi- me ensilló a ser determinada,
que la “única cosa que no se puede hacer nada es: la muerte!”
A ser apreciadora de los verdaderos amigos, de la buena mesa y
de la familia reunida.“La familia es la familia, no importa como sea.”
A gastar mis platas, con responsabilidad y sabiduría, con cosas
que me tragan alegría y me hagan mejor persona;
Quiero ver este animo para arriba, mejorar la cara!”
Y que el “odio guardado en el corazón no hace bien a la salud.”
Su actitud con la vida siempre me maravilla. La amo.


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